24. ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE

            – Letrado de la defensa, turno para informe.

           – Con la venia, señoría. Niego la correlativa al Ministerio Fiscal y la acusación particular, y solicito la libre absolución de mi cliente con todos los pronunciamientos favorables, ya que las pruebas practicadas no son suficientes para desvirtuar la presunción de inocencia de mi cliente, Adolfo, en base a los siguientes motivos:

            1.- La declaración de Adolfo es coherente y persistente, dado que ha declarado, tanto en comisaría, como en el juzgado de instrucción, como aquí en el plenario sin ningún tipo de contradicción, prueba de que lo narrado por mi cliente es cierto sin existir ningún tipo de fisura en la narración de los hechos, que expondré como hechos probados al final de este informe.

            2.- En cuanto a la declaración de los agentes, cierto es que mi patrocinado estaba frente al domicilio de su ex pareja, existiendo una orden de alejamiento hacia ella, activándose la pulsera de seguridad, pero la patrulla de policía tuvo que ver, según la declaración de mi cliente, cómo llegó él hasta allí, negándolo asombrosamente por los agentes, olvidando o mintiendo por parte de éstos sobre la verdad de los hechos, a criterio de esta parte. Este letrado entiende que la policía en estos casos siempre va a negar este tipo de acontecimientos porque tienen órdenes directas de encubrirlos para no alarmar a la población. Ellos han declarado que acudieron a una llamada por parte de la central de que se había activado el protocolo de violencia de género porque un individuo, mi cliente, estaba a menos de 100 metros de su ex pareja, y al llegar se encontraron a Adolfo aporreando la puerta del domicilio pidiendo socorro, limitándose a detenerlo. Éste les contó todo lo que había sucedido y los agentes hicieron caso omiso de sus manifestaciones.

            3.- Declaración de la supuesta víctima. Ésta en su declaración manifestó que no vio nada, sólo que alguien estaba golpeando la puerta de su domicilio pidiendo auxilio, intuyendo que era su ex pareja y llamando inmediatamente a la policía, la cual se personó enseguida procediendo a su detención. Cuando salió del domicilio vio que Adolfo ya estaba detenido y seguía pidiendo auxilio gritando que le ayudaran porque había sufrido una agresión por parte de unos seres extraños. Hay que tener en cuenta esta última parte de la declaración porque prueba de alguna manera el motivo por el que Adolfo se encontraba allí.

            4.- No hay más declaraciones que desmientan ni corroboren lo sucedido, dado que los hechos ocurrieron a altas horas de la madrugada y todo el mundo estaba durmiendo. Así lo explica el atestado policial, aclarando que los agentes llamaron a varios vecinos para que les dijeran si habían visto u oído algo, no teniendo suerte en sus pesquisas.

            5.- El informe médico forense no prueba que mi cliente tenga problemas psicológicos. Arguye dicho informe que puede ser fruto de una alucinación puntual, sin asegurarlo, y que, en principio, no se ve en mi cliente rasgos psicóticos que puedan diagnosticar algún tipo de esquizofrenia ni psicopatía, pero que habría que someterlo a un estudio más exhaustivo por profesionales. Por todo esto, es por lo que esta parte entiende que Adolfo, al no tener ningún problema psiquiátrico, su relato es veraz, por lo que debe ser tenido en cuenta por este tribunal.

            6.- Por otro lado, en cuanto a la documentación aportada por esta parte, no entendemos cómo el juzgado no admitió dicha documentación ya que son pruebas fehacientes de otros hechos análogos, y bien documentados por expertos ufólogos de renombre, los cuales no han comparecido porque este tribunal no admitió tampoco su comparecencia en el juicio. Dicha documentación son hechos probados que acreditan otras abducciones en distintos puntos de nuestro país, por lo que la narración de Adolfo se asemeja con otros casos probados, y por consiguiente, veraces, lo que es prueba de que mi cliente tuvo una experiencia de las mismas características.

            7.- Volviendo al punto uno, sobre la declaración de mi cliente, que este letrado entiende que es totalmente rigurosa y veraz, y que son hechos probados, los cuales son:

            >> Mi cliente está pendiente de juicio en un procedimiento de violencia contra la mujer, ya que supuestamente agredió a su ex mujer (todavía no probado), y por consiguiente le impusieron una orden de protección frente a la supuesta víctima, colocándole una pulsera de posición para evitar su acercamiento. Ha estado cerca de mes y medio sin acercarse a ella hasta la noche de autos.

            >> Mi cliente sufre de insomnio, y esa noche decidió dar una vuelta por los alrededores de su domicilio para despejar la mente. Estaba totalmente solo ya que eran horas intempestivas de la madrugada. En esto que mi cliente empieza a escuchar un sonido metálico que poco a poco sube de volumen hasta que casi no puede soportarlo. Una vez que dicho sonido disminuye, Adolfo observa cómo un viento frio va tomando velocidad gradualmente, a la vez que sobre su cabeza se posa una luz cegadora girando a una velocidad vertiginosa. Mi cliente se queda paralizado sin poder moverse y se da cuenta de que se abre una trampilla en el artefacto, de la cual sale una especie de rayo que le succiona hacia el interior de dicho aparato.

            >> Una vez dentro de la supuesta nave, unos seres extraños que no sabe definir muy bien, le atan a una especie de camilla y se abalanzan sobre él, perdiendo en ese momento la consciencia. No puede precisar cuánto tiempo pudo estar en el interior del extraño vehículo, pero sí se acuerda cuando le dejan medio inconsciente frente a la puerta del domicilio de su ex mujer. En ese momento aparece un coche patrulla y Adolfo se dirige rápidamente hacia la entrada de la vivienda de su ex pareja pidiendo ayuda, creyendo que dicha patrulla policial era otro artefacto extraño que emanó del principal. Dichos policías, según el argumento plausible de mi cliente, tuvieron que ver esa nave, negándolo los agentes en todo momento. Cuando fue detenido explicó a los policías todo lo sucedido, preguntándoles cómo no han sido capaces de verlo, por lo que esta parte entiende que hicieron la vista gorda ante tan tamaño acontecimiento por que tienen órdenes expresas de ocultar todos estos sucesos extraños para, como hemos explicado antes, no alarmar a la población.

          >> Por todo ello solicitamos una sentencia absolutoria con todos los pronunciamientos favorables para D. Adolfo, respecto de la acusación del delito de quebrantamiento de medida cautelar, dado que todo lo que hemos explicado en este plenario es cierto y esperamos que este tribunal tenga el buen criterio de no ocultar dichos sucesos y dé luz a todos estos acontecimientos.

            La juez, el fiscal que estaba a mi lado, yo, que estaba como acusación particular, los policías que se encontraban sentados como testigos y el resto de los que estábamos allí, nos quedamos mirando al letrado de la defensa con la boca abierta. No nos podíamos creer lo que acabábamos de oír. Cierto es que todo el procedimiento parecía un circo desde el principio hasta el fin, pero el informe de la defensa nos dejó a todos anonadados. Tras unos instantes después de asimilar lo ocurrido, la juez se dirigió al letrado de la defensa y le comentó pausadamente:

            – Letrado, para aclararme. ¿Me quiere decir que su cliente fue abducido por un OVNI, y que éste le dejó frente a la puerta del domicilio de su ex pareja?

            – Sí, eso quiero decir, y es lo que pasó realmente. – Contestó el letrado airado.

            – Pero, ¿usted cree realmente esta historia? Es decir, ¿no es una línea de defensa que usted está siguiendo, aunque nadie de crédito a esta crónica que usted ha contado?

            – Por supuesto que la creo. Yo fui víctima de algo parecido, por eso tengo por sentado que los acontecimientos que le han ocurrido a mi cliente son reales, y tengo la certeza de que son ciertos.

            La juez se le quedó mirando un momento, con aire serio. Nadie decía ni mu. Entonces se dirigió al acusado y le dijo:

            – Tiene usted derecho a la última palabra. Si tiene algo que decir, éste es el momento.

            El acusado se levantó, se dirigió hasta el micrófono y dijo:

            – Lo que hemos explicado mi abogado y yo es lo que pasó realmente, si nos creen o no, eso es cosa de ustedes, pero hemos dicho la verdad.

            Yo no sabía si el acusado estaba más loco que su letrado, pero estaban a la par. Su señoría dio por concluso el acto de la vista oral. Ordenó salir a todo el mundo menos al fiscal y a mí. Nos preguntó qué nos parecía todo este asunto y qué íbamos a hacer al respecto, sobre todo al fiscal.

            – Yo veo un caso claro de indefensión por parte del letrado de la defensa. Hablaré con mis superiores, pero si nos lo permite, solicitaremos que no concluya el procedimiento ya que, dado lo visto en esta, por llamarlo de alguna manera, locura, vamos a pedir pruebas psicológicas del acusado, así como que recusen al letrado y le pongan a otro más normal, para que no se encuentre en situación de indefensión – contestó el fiscal.

            – Había oído que este letrado era un poco, cómo decirlo, excéntrico, – comenté – no había coincidido con él en ningún procedimiento, pero visto lo visto, ¿no se podía pedir que le practicaran también al letrado pruebas médicas? – dije uno poco en broma.

            – Sí – contestó la juez. – No tengo más remedio que dar parte al Colegio de Abogados sobre la “situación” de este letrado, y ellos tendrán que tomar alguna determinación sobre el asunto. También voy a declarar nulo este juicio oral y que le practiquen al acusado pruebas psicológicas, y veremos como acaba el asunto. Bien, no me queda más que darles las gracias por su colaboración.

            Salimos del juicio, yo le expliqué lo ocurrido a mi cliente, y la señora me explicó que su ex marido no estaba bien de la cabeza, nunca lo ha estado, pero nunca quiso tratarse. Le parecía bien que se pusiera en manos de profesionales médicos para que mejorase. No quería que le ocurriera nada malo, pero su paciencia llegó a un límite.

            ¿Qué ocurrió al final? Pues que a Adolfo le diagnosticaron una esquizofrenia paranoide y le ingresaron en un centro psiquiátrico. Respecto al letrado de la defensa, bueno, no lo sé. Sé que le abrieron un expediente en el Colegio de Abogados, pero me suena haber oído que seguía dando guerra con su peculiar manera de ejercer.

            Hay gente para todo.

 

 

 

“Encuentros en la tercera fase”: Película producida por EMI Films y distribuida por Columbia Pictures.

 

 

 

 

 

 

 

 



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