39. VERY BAD THINGS (II)

            “La empatía es ponerte en la piel de otro para averiguar qué está sintiendo exactamente esa persona o qué está pasando en un momento dado” – Deepa Kodikal.

         “Aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo” – Friedrich Nietzsche.

          “He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro – José Saramago.

 

            Julián, el hermano de Álex, se sintió incómodo cuando Velasco le preguntó por Bernardo.

            – Bien, se lo diré, pero por favor, no le diga nada a mis padres, se lo ruego. No quiero que sufran más, no saben nada. Álex me lo contó solo a mí, y es un secreto entre los dos, bueno entre los tres, porque Berni también tiene que ver.

            Velasco le aseguró que nada les diría al respecto y el muchacho comenzó.

            – Hace un año y medio, mi hermano empezó a salir con la hermana de Berni, una chica estupenda que le hacía mucho bien. Estuvieron juntos unos seis meses, y Carol estaba enamoradísima de mi hermano, pero él no la correspondía. Me confesaba que la situación se le estaba yendo de las manos. No quería hacerla daño, ya que era muy buena persona y no se merecía lo que Álex le estaba haciendo, así que decidió cortar por lo sano. Berni estaba estudiando en América, pero mi hermano y él estaban en contacto y estaba al corriente de lo que pasaba. Es más, le aconsejó que la dejara para que no padeciera más, el tiempo todo lo cura. Entonces ocurrió la desgracia. En el momento que Álex terminó la relación, según mi hermano, Carol enloqueció, cogió el coche y cayó por un precipicio. Desgraciadamente se mató, no sabemos si fue un accidente o quiso terminar con todo. Mi hermano siempre tendrá la duda y es algo que no puede soportar. Cayó en una depresión enorme y nunca fue el mismo. Berni, que yo sepa, no le reprochó nada, pero nunca se sabe. Tuvo que venir de EE.UU. y dejó de estudiar. Mis padres supieron de la muerte de Carol, pero no las consecuencias que produjo sobre mi hermano. Cayó en una profunda melancolía que le dura hasta ahora, y no sé en qué terminará. Sé que sus amigos intentan ayudarle, y pensaron que salir el fin de semana sería una buena idea para animarle. No sé, estoy hecho un lío, todo esto me supera. No entiendo quién ha querido terminar con su vida. Intuyo que hay algo que no sé, que Álex no me ha contado, porque cuando ocurrió lo de Carol, le vi más distante y menos comunicativo conmigo.

            La historia que Julián narró a mi amigo, le hizo recapacitar y plantearse que Berni era el sospechoso principal del delito, unido a lo que el doctor le reveló en ese momento.

            – Mire inspector – el doctor le mostró un informe del análisis de sangre y orina practicado a Berni -. Hemos descubierto algo extraño en la sangre de este chico. Vimos algo que no nos cuadraba en estos análisis y ordené un examen más exhaustivo. Hemos descubierto unos elementos un tanto atípicos: son unas enzimas que inhiben el alcohol en sangre. Según hemos indagado están en fase de experimentación en EE.UU. y no comprendemos qué hacen en el organismo del muchacho. Espero que esto le ayude. Además, no sé si tendrá relación, pero Álex…

            Velasco le dio las gracias y ordenó la inmediata detención de Bernardo. Una vez en comisaría, el inspector se quedó a solas con el amigo de Álex. Berni estaba alicaído y sorprendido a la vez.

            – Sé que fuiste tú el artífice de este sorprendente, estudiado y supuesto crimen. Así que no quiero tonterías y quiero que me digas lo que ocurrió. También sé que tu amigo Álex me oculta algo, no sé qué es, pero espero que me lo cuentes, sabes que te juegas ir a prisión durante una buena temporada, y tenemos pruebas de lo que hiciste.

            El chico bajó la cabeza y simplemente dijo que él no había hecho nada, y que no iba a declarar si no es en presencia de un abogado. Velasco sabía que no podía obligarle y que tenía razón, debía seguir los protocolos establecidos, así que llamaron a un abogado que le asistió. No declaró en comisaría así que pasó a disposición judicial al día siguiente y le pusieron en libertad, ya que las pruebas que se habían aportado no eran concluyentes: Berni negó los hechos, nadie vio nada, y la supuesta jeringuilla no apareció, y otra serie de pruebas circunstanciales que no llegaban a ningún término.

            Pasaron los meses y el procedimiento se archivó provisionalmente a la espera de nuevas pruebas. Álex fue dado de alta y se fue con sus padres durante una temporada, hasta que se incorporó al trabajo y volvió a la rutina anterior.

            A quien le pueda interesar:

            Primero quiero pedir perdón a mis queridos padres, a mi amado hermano y a mis incondicionales amigos.

            Siento la obligación de dejar esta maravillosa vida y no responsabilizo a nadie. He intentado hacerlo antes, pero me salió mal. Quise que pareciera un accidente para que nadie se sintiera culpable, pero he llegado el punto en que esta vida me asfixia y no veo otra salida. Es mi decisión, que ya tenía tomada desde hace tiempo, y no espero que la entendáis, pero os pido que respetéis. No quiero verme postrado en una cama y que mis familiares estén esclavizados con mi enfermedad. No quiero someter a mis padres, a mi hermano, porque no sería justo para ellos.

            Quiero decir a mis padres que me han dado una vida maravillosa que he disfrutado como nadie. Gracias por traerme al mundo y darme ese hermano tan fantástico que ha estado siempre a mi lado.

            Gracias a todos los que han estado conmigo en este periplo que es la existencia y a la que tanto me he aferrado, pero llega el momento de dejarlo todo. No sé qué hay al otro lado, pero no espero nada, simplemente dejar este mundo con la conciencia tranquila y deseando que sea la mejor decisión que he tomado.

            Disfrutad la vida, es corta, y no os pido que no lloréis por mí, pero pensad que ha sido mi voluntad y deseo con todo mi alma que seáis felices y que mi muerte os sirva para ver la realidad con otra perspectiva. Dad gracias por lo que tenéis, y no anheléis otra cosa. Hay que aprender a ser felices con lo que tenemos, os lo digo por experiencia.       

            Por último, tengo algo pendiente con Carol, y espero que me la encuentre en la otra vida para pedirle perdón. No pude despedirme de ella como se merecía y algo en mi corazón me decía que no fui justo.

             Lo que he hecho lo considero un acto de amor hacia vosotros, y me gustaría que así lo entendierais. Sin más, me despido de todos con todo el cariño que me llevo de cada uno, y no os preocupéis, me voy feliz, con la conciencia tranquila.

            Gracias a todos.

 

            Álex.

 

            Después de leer esta carta de suicidio de Álex, tras unos breves momentos de estupefacción, Velasco supo al fin lo que éste ocultaba.

            – Unos días antes estuve hablando con él sobre lo que tenía pensado hacer – explicó Berni, que había acudido a comisaría para hablar con el inspector y enseñarle la carta -. Álex quería que se supiera la verdad si no tengo consecuencias, e intuyo que usted quiere saberla.

            Sabía que Bernardo era inocente del delito de matar a su amigo, pero ¿sería inocente de otro tipo de delito? Velasco tenía la imperiosa necesidad de saber la verdad, así que no tuvo más remedio que aceptar el trato, todo quedaría entre ellos.

            Bernardo le contó la rocambolesca historia de lo ocurrido en aquella casa rural aquella noche. Desde que su hermana murió, Álex no fue el mismo. Era un pozo de remordimientos que no sabía cómo lidiar. Berni no le hizo responsable nunca de lo ocurrido, pero su amigo sí sentía el peso de la culpa. El tiempo todo lo cura, y Álex pasó el duelo, pero algo nuevo acechaba sobre su existencia. Hacía tiempo que sentía hormigueo y debilidad en los dedos de los pies y pensaba que era consecuencia de los duros momentos vividos, pero le diagnosticaron principio de ELA, que ya sabía Velasco a través del doctor, una enfermedad degenerativa que seguramente abocaría a la muerte. Todo lo que había conseguido psicológicamente se vino abajo en cuanto se lo comunicaron. Tras una temporada luchando contra su mente, tomó la decisión. Sólo lo supo Berni, que nada pudo hacer para disuadirle, así que aceptó ayudarle en su plan tras muchas discusiones e intentos de que recapacitara, pero nada consiguió. Le suplicó que nada dijera a su familia, ni a sus amigos, ni a nadie, sería su secreto. Eligieron el fin de semana que quedaban todos juntos y se despediría en secreto de sus amigos. No quería involucrarlos así que no les diría nada, solo se lo pasarían bien. Para no levantar sospechas entre los miembros de su pandilla, Berni se tomó unas cápsulas de enzimas que le envió su compañero de piso de Texas, una medicación en fase de experimentación que se suponía era para ayudar a las personas alcohólicas. Ya las había probado y eran efectivas: por mucho que bebiera, el ron no le haría efecto. Álex bebió hasta quedar inconsciente, como todos los demás. Cuando todos estaban comatosos, Berni cogió la jeringuilla que utilizaba su padre en la granja para inocular a las vacas. Era lo suficientemente grande para producir la embolia que deseaban, ya lo habían estudiado detenidamente. Tenían el convencimiento de que se establecería la causa de la muerte como un coma etílico con resultado de fallo multiorgánico. Pero no lo lograron, a Álex lo cogieron a tiempo y el doctor que lo atendió fue diligente y le salvó la vida.

            – Hace cuatro días encontraron muerto a Álex en su piso, con sobredosis de barbitúricos y esta carta sobre la mesilla. Intenté convencerle de que luchara, que se animara a seguir viviendo como fuera, pero no lo logré – dijo Berni entre sollozos -. Le amenacé con contárselo a todos, pero no me hizo caso. Ahora soy yo el que tiene remordimientos por no haber sido un buen amigo, y viviré con esa carga. ¡Y cuánto me arrepiento de  haber hecho lo que hice! Me convenció de tal forma que no pude decirle que no, pero en fin, así es la situación.

            Mi buen amigo Velasco no supo qué decirle, pero cumplió su promesa. No delató a Bernardo, ya tenía bastante con los remordimientos.

            El delito de inducción al suicidio está regulado en el artículo 143 del Código Penal. Berni no hubiera ido a la cárcel porque Álex no murió, así que le hubieran condenado por un delito de inducción al suicidio en grado de tentativa.

            – ¡Cómo tendría que estar el chaval para hacer lo que hizo! – le comenté a Velasco.

            – Si, fue duro para todos, pero Álex tenía claro lo que quería, y lo hubiera hecho igual con o sin ayuda. Era un final inexorable que nadie podría haber evitado. Pero la cuestión es, si un amigo o familiar te pide ayuda para morir en una situación límite como la de Álex, ¿lo harías?

            – No sé Velasco, tendría que estar en la situación. Creo que no, pero no puedo contestar a eso.

            – Efectivamente. Muchos dicen que ellos por descontando que no lo harían, pero ver sufrir a un hermano, a un hijo, a un amigo, tiene que ser duro. Eso es la empatía, ponerse en lugar del otro. Sé que Bernardo lo hizo de buena fe, y Álex le puso en un gran apuro, pero eran tan amigos que hubieran hecho cualquier cosa el uno por el otro, incluso ayudar a acabar con su vida. En fin, nadie somos quién para juzgar los actos de los demás.

            Nos quedamos pensativos mirando nuestra jarra de cerveza, y finalmente brindamos por la amistad.

            – Muy bien Juanan, me encanta tu compañía pero debo irme. Tengo que prepararme para esta noche, hoy tengo actuación…

 

 

 

 

“Very bad things”: Película producida por Interscope Communications.

 



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