Me encontraba dispuesta a entrar en Sala, ya había entrado a hablar con Fiscal, y era el momento en el que mi cliente tenía que decidir si conformaba o no. Son momentos muy duros y tensos, mi cliente tenía que decidir entre llegar a una conformidad con el Fiscal, o entrar a juicio. “La conformidad implica una rebaja de la pena, que al ser menor de dos años, en este caso no ingresarías en prisión, y además un reconocimiento de los hechos, (hechos que no había cometido), y si entramos a juicio podemos utilizar todos los medios probatorios para acreditar que no has cometido el delito, pero asumes el riesgo que el juez te declare culpable y al pedirte más de dos años ingresarías en prisión”, le explique al cliente. Después de meditarlo durante unos instantes, entre lágrimas decidió conformar. “Tengo una madre mayor que cuidar, no me puedo arriesgar”, me dijo.  Emocionados, entre lágrimas, él me dijo una frase que se me quedó grabada “Gracias, muchas gracias, por haberme tratado con tanto cariño y por haberme dado tanto en estos momentos tan difíciles, nunca podré pagarte todo lo que has hecho conmigo”.

Esta escena la viví como abogada en el mes de diciembre de 2015.